lunes, 4 de enero de 2021

Cuando la vi

 


Iba corriendo como siempre cuando la vi.

 Me quedé hasta la madrugada  terminando unos informes de la empresa y como consecuencia se me hizo tarde para todo, me levanté del escritorio como loco con el cabello alborotado y los ojos adormilados a darme una ducha rápida para después vestirme e ir al trabajo, pues ni café alcanzaba a tomar. La suerte no estaba de mi lado, todos los semáforos pasaban  a rojo cuando ya era mi turno de seguir, para minimizar el  estrés apretaba el volante del coche fuertemente y tarareaba una canción mientras  giraba la cabeza de un lado a otro al ritmo de la melodía, cuando de repente la vi. Si. La vi, iba tranquila por la calle, con su abrigo rojo. El tiempo se detuvo en ese momento para que pudiera detallarla: Su cabello  era largo, lacio y negro brillante, iba con las manos en los bolsillos, meneando la cabeza al ritmo de que lo que sea que estuviera escuchando por los audífonos blancos que resaltaban en el abrigo rojo. Observaba todo a su alrededor, de repente se detuvo y dio un gran suspiro encogiendo los hombros y mirando al cielo. Bajó lentamente la mirada y los hombros girando cabeza hacia donde yo estaba y me vio, de inmediato mis mejillas se ruborizaron, porque me descubrió espiándola.

 ¡¡PIIIIIII!!

 pitaban los coches que estaban atrás mío  por que el semáforo había cambiado, rompiendo con ello el trance en el que estaba al ver a tan hermosa criatura. Seguí mi camino rumbo al trabajo pero con su mirada profunda guarda en mi memoria deseando que en algún momento el capricho del destino nos volviera a unir.  

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