miércoles, 6 de enero de 2021

El día en que todo cambio


Era un día normal de escuela, como siempre despertaba temprano medio dormida  a  prepararme para ir a estudiar. Cuando llegue a mi colegio  vi un bus parqueado en la entrada, sin embargo seguí  como si nada. Al entrar al aula de clases, todos mis compañeros estaban en tremenda fiesta. Pensé por un momento si alguna celebración en especial se me había pasado, ¡pero no! no era día de celebración. Le pregunte a una de mis compañeras que sucedía y me respondió que íbamos a visitar la lujosa mansión se Sonia, la niña más rica del salón.  Pero, ella no era como los demás,  era muy tímida y siempre estaba sola concentrada en su cuaderno escribiendo o dibujando.

Todos nos aventuramos a viajar rumbo a casa de Sonia, logramos ver hermosos paisajes en el camino. El viaje duro una hora 

ya que la mansión de sus padres estaba en lo más alto de las montañas de la ciudad. Al llegar todos quedamos sorprendidos ¡era un paraíso! Tenia de todo: piscinas, mercadillos para ir de compras y  un parque de diversiones.

Disfrutamos  tanto que rápidamente se  pasó el día entre juegos y risas. A la hora de comer nos llevaron a un espacio donde había una mesa súper larga con un menú hecho a nuestro gusto. Era   tanta comida que con solo verla sentí el  estómago lleno. En ese momento se me acerco Sonia y me pidió que le siguiera. Fuimos a una habitación sencilla donde había una mesa, cuatro sillas y un armario de varios cajones.

 -Siéntate ahí, me dijo sonriendo

-He visto que te gusta mucho dibujar y pintar. ¡A mí también! Decía mientas sacaba del armario un cuaderno lleno de dibujos. 

Quede sorprendida con el talento de la chica. 

- ¡eres súper talentosa! le respondí 

Ella se sonrojo y me respondió:

- no tanto como tú y añadió ¿quieres ser mi amiga?

-¡Claro que sí! Le respondí. 

Ella feliz saco una caja del armario y me dijo:

- Esto es para ti 

-¿Para mí? Le respondí.

-¡Si! Dijo sonriendo 

-¡gracias! Respondí al  recibirlo en mis manos.

Cuando abrí el regalo  me di cuenta que era una caja de colores de la mejor calidad que se distribuía en el País. Mis ojos se aguaron y los apreté contra mi pecho  con fuerza porque sabía que mis padres no podían comprarme algo así debido a su costo. 

Sonia  feliz  solo dijo 

-¿dibujamos?

Y en seguida dejamos fluir la imaginación para  realizar toda  clase de dibujos.

Después de un rato llego mi hermano pequeño diciendo que ya era de dormir, pero como no estaba acostumbrado a quedarse fuera de casa,  quería que lo acompañara.

Lo mire con asombro y le dije 

-¡¿pero tú que haces aquí si no eres de nuestra clase?! 

-¡¿Y cómo es eso de que vamos a dormir si debemos ir a casa?!

-¡Mira la hora! 

-¡Nuestros padres deben estar preocupados!

Sonia respondió: 

-No te preocupes mi madre con ayuda del colegio solicito permiso a sus padres para que se quedaran este día en casa y mañana poder faltar a clase, a demás nuestros criados han preparado una habitación para ustedes y le pedí a mi madre que lo invitara por ser tu hermano, Incluso  ya toda la clase está descansando en sus habitaciones. 

Como dijo Sonia ya habían preparado una habitación para nosotros. Estábamos tan cansados de tanta diversión que nos dormimos en menos de un segundo.

Era de  madrugada y como siempre las ganas de ir al baño me despertó  y en puntitas me dirigí a buscar el baño, pase por una habitación donde las luces estaban encendidas y escuché  a la madre de Sonia hablar. Me acerque para saber más  motivada por la curiosidad y mire por la ranura de la puerta que  estaba medio  abierta en completo silencio para que no se percataran de mi presencia, cuando de repente escuche a la madre de Sonia decir a sus cocineros 

-¡Todo tiene que estar listo antes de que lleguen los invitados!

-Suelen venir con mucho apetito

(mientras  llegaban los criados con los cuerpos sin vida de mis compañeros de clase) 

Quede petrificada sin poder creer lo que mis ojos estaban observando, mientras un sinfín de pensamientos pasaban por mi mente.

Sonia se acercó a su madre y le dijo: 

-¿Puedes dejar con vida a clara y a su hermano? Es la primera vez que tengo una amiga,  sé que quiere mucho a su hermano y se moriría de dolor si le pasara algo. (Los niños a los que Sonia se refería eran mi hermano y yo).

La madre de Sonia la miro, le acaricio el rostro y le dijo con voz tierna. 

-¡Todo lo que mi princesa quiera así se hará! 

Después de eso hasta las ganas de orinar se me quitaron, fui a mi cuarto en estado de shock, mire que mi hermano estaba durmiendo tranquilamente y me acosté a su lado a esperar el destino que se había preparado para nosotros ya que esa mansión también era una fortaleza en la cual nadie podía entrar y salir sin ser detectado, así que escapar sería imposible. Por alguna razón el sueño me venció y caí profunda.

Horas después...

Sonia me despertó y lo primero que dije fue 

-¿!Donde esta juan?! 

Sonia respondió: 

-¡Esta desayunando! 

-Despertó con mucha hambre. 

-Tú también debes prepararte porque mi madre los va a llevar a casa. 

¿-Y mis compañeros de clase? Le pregunte

-Hace una hora que se marcharon. Respondió Sonia. 

Suspire mientras pensaba  ¡solo fue una pesadilla!

Como dijo Sonia nos preparamos y su madre nos llevó a casa.

De camino  a casa pensaba en algo que me dijo Sonia antes de salir. ¡Siempre estarás protegida! No comprendí porque lo dijo pero al llegar y ver a mis padres deje de pensar en ello y  mi hermano también estaba bien así que simplemente lo olvide. 

Como nos dieron un día libre por ir de visita a la gran mansión y ya era viernes pase todo el fin de semana con mi familia. 

Al llegar al aula de clases por el día lunes vi que todos mis compañeros de clase eran niños diferentes; Andrés, Laura, Sofía, Alejandro, Daniel y todos los demás no estaban. Las únicas que eran las mismas eran Sonia y yo. La pesadilla se había hecho realidad y un sudor frio paso por todo mi cuerpo. Y Sonia solo me miraba y sonreía.

La propuesta



¡Hoy si! Hoy es el día en que me atreveré a decirle que  sea mi novia
(Se decía así mismo mientras se miraba al espejo fijamente a los ojos)
Practico una y otra vez como lo haría, hasta pensó en decir algún chiste, todo con la intención de expresar correctamente todo lo que sentía por ella. Si, ella, la chica de estatura promedio, cabello corto y anteojos grandes que siempre se sentaba en el primer asiento de la primera fila en él aula de clases. 
Se arregló un poco el cabello con un pequeño peine, miró si estaba bien vestido para la ocasión y si su aroma era fresco y agradable. Así salió Carlos de su casa dispuesto a decir todo lo que había en su corazón. 
Carla, así se llamaba ella, vivía muy lejos, era necesario tomar el autobús para llegar. Mientras Carlos esperaba en la parada de autobús pasó una señora mayor vendiendo rosas, ¡que oportuno! pero él solo tenía en sus bolsillos el pasaje del autobús. Así que debía tomar una decisión; hacer una viaje de una hora caminando y comprar la rosa o ir en el bus y llegar a donde Carla sin ningún detalle. El pobre hombre controlado por la euforia de sus hormonas eligió irse caminando. 
Pasada una hora bajo un sol impresionante Carlos llegó a donde Carla. Se detuvo frente a su puerta, se arregló un poco el cabello, se agitó  la camisa para refrescar el cuerpo, tomó la rosa con una de sus manos y con la otra tocó dos veces la puerta mientras tomaba un profundo respiro. 
Carla abrió la puerta, afortunadamente para Carlos no fue la madre. Ella le miraba sorprendida  y preguntándose qué hacía él ahí. Se sentaron a conversar en el andén de la casa y él le entregó la rosa y sin pensarlo le pregunto 
-¿quieres ser mi novia?  
-Carla con frialdad respondió. 
-Lo siento, me gusta Juan el de tercer año, pero está muy bonita la rosa.
Carla se levantó entro en su casa, se despidió y cerró la puerta. 

lunes, 4 de enero de 2021

Cuando la vi

 


Iba corriendo como siempre cuando la vi.

 Me quedé hasta la madrugada  terminando unos informes de la empresa y como consecuencia se me hizo tarde para todo, me levanté del escritorio como loco con el cabello alborotado y los ojos adormilados a darme una ducha rápida para después vestirme e ir al trabajo, pues ni café alcanzaba a tomar. La suerte no estaba de mi lado, todos los semáforos pasaban  a rojo cuando ya era mi turno de seguir, para minimizar el  estrés apretaba el volante del coche fuertemente y tarareaba una canción mientras  giraba la cabeza de un lado a otro al ritmo de la melodía, cuando de repente la vi. Si. La vi, iba tranquila por la calle, con su abrigo rojo. El tiempo se detuvo en ese momento para que pudiera detallarla: Su cabello  era largo, lacio y negro brillante, iba con las manos en los bolsillos, meneando la cabeza al ritmo de que lo que sea que estuviera escuchando por los audífonos blancos que resaltaban en el abrigo rojo. Observaba todo a su alrededor, de repente se detuvo y dio un gran suspiro encogiendo los hombros y mirando al cielo. Bajó lentamente la mirada y los hombros girando cabeza hacia donde yo estaba y me vio, de inmediato mis mejillas se ruborizaron, porque me descubrió espiándola.

 ¡¡PIIIIIII!!

 pitaban los coches que estaban atrás mío  por que el semáforo había cambiado, rompiendo con ello el trance en el que estaba al ver a tan hermosa criatura. Seguí mi camino rumbo al trabajo pero con su mirada profunda guarda en mi memoria deseando que en algún momento el capricho del destino nos volviera a unir.  

El comienzo

En medio de tanto ruido y descontrol él la vio. Su expresión manifiesta tristeza por ver a quien ella pensaba era el amor de su vida coquetear con otra. Él decidió acercarse y hacerla reír un poco con el objetivo de hacer del momento algo agradable. Ninguno de los dos imagino que era solo el comienzo de algo intenso e interminable.

domingo, 3 de enero de 2021

Precioso encuentro


Ahí estaba ella haciendo lo mismo de cada día; tomando una taza de café en su restaurante favorito antes de ir a trabajar. Envuelta en sus pensamientos deleitaba sus sentidos con el café.  De repente un chico dijo su nombre y al mirarle todos sus recuerdos regresaron a su mente pues aquel hombre era el amor que había enterrado en lo más profundo de su corazón.  Él le confeso que iba pasando por aquel lugar y la vio ahí sentada y quiso saludar, para enterarse que al igual que el aún seguía soltera. Ninguno de los dos se puedo olvidar. Y la historia volvió a empezar.

Cadenas

  ¿Moverse? Pero siento mis pies anclados al suelo, la visión borrosa y lo que logro percibir a mí alrededor es desolador. Muchos están co...